En sus albores como una pequeña fábrica ubicada en la comuna de San Joaquín, la organización comenzó a construir los pilares que hoy la sustentan. Con el desarrollo y sistematización de la tapicería como primera piedra.

Una vez perfeccionado el rubro, y ya teniendo un nombre reconocido, el siguiente paso fue la importación. Expandiendo sus horizontes en la constante búsqueda de tendencias y la vanguardia en diseño y tecnología, Liberona puso sus ojos en el mercado europeo y asiático.

La capacidad de mejorar productos con mano de obra y expertiz local para generar productos de alto tráfico distanciaron rápidamente a Liberona de sus competidores. Convertirse en sinónimo y garantía de calidad y confiabilidad abre el paso al nacimiento de los primeros lazos con la banca y otras prestigiosas instituciones, lo que a su vez decanta en una fuerte orientación hacia el servicio.

Cuando acompañas a alguien en su crecimiento por años, la expansión viene por añadidura. Comercial Liberona desarrolla en 2006 una nueva planta de 5.000 mts2, con un Showroom de 300 mts2, y un nuevo desafío: el desarrollo integral de proyectos corporativos, incorporando mobiliario a sus propuestas con un equipo multidisciplinario especializado con ese fin.

En búsqueda de mayor independencia, mejores plazos de entrega y competitividad en los valores, la empresa decide en 2015 adquirir una metalmecánica y se enfoca en renovar su maquinaria para la confección de mobiliario. Con un equipo de diseño ya consolidado, la capacidad de incluir metales, maderas y tapices sin depender de terceros, acorta la hasta entonces inmensa brecha que existía con el diseño de vanguardia de las revistas internacionales especializadas.

Es con esta capacidad y compromiso que Comercial Liberona, a paso firme, proyecta a corto plazo, una nueva casa matriz y una renovada planta de aproximadamente 15.000 mts2 y 600 m2 de Showroom, como el siguiente desafío a la mano.